consolación de María
La naturaleza de esta celebración tiene su fundamento en que dentro del rico patrimonio de la hermandad, una de las imágenes que compone la procesión del Entierro del Viernes Santo es su Virgen de la Consolación de María. Esta cofradía mariana, además de las advocaciones de las Angustias y Soledad de sus titulares acoge la de la Consolación de María que se trata de una advocación mariana, que hunde sus raíces en la Alta Edad Media, cuya fiesta se celebra el 4 de septiembre, en la que, el nombre de María, aparece asociada, por voluntad divina, a las tareas redentoras de mediadora y “consuelo de los afligidos”. Es la Madre, en trance de amor y entrega, recogiendo los dolores de los hombres para devolverlos trocados en alegría y alivio.
“
Y bebes tu dolor, un año más como jirones de ternura
que ennoblecen tu voluntad y recuerdas,
con cada grano de luz la agonía del agua acariciando su piel,
aquellos versos de amor sembrados en Nazaret.
Horas de duda, de silencio, de abandono.
Y ahora te quedas sola, un año más.
La tormenta pone cerco a tu soledad, al desamparo.
Soledad que barre la sonrisa y al vacío acuna.
Tu eterna espera, el duelo en la noche del mayor silencio.
¡Mujer de la más honda soledad, huérfana del Hijo!
¡Te llamaremos muchas veces, desde esta nuestra soledad tan sola,
Consolación de María, María Soledad!
Javier Antón Cuñado